viernes, 2 de noviembre de 2012

Ayer mirando por la ventana, me quedé maravillado ante una luna casi llena, jaspeada de nubes, iluminadas por ella. Pensé: como vamos perdiendo nuestra capacidad de observar y apreciar con detenimiento lo que nos rodea.
Estamos de cara a todo tipo de pantallas o de contenidos, pendientes, minuto a minuto, de la última información o actualización, perdiendo, en la inmediatez, la riqueza del contenido y de la profundidad de sus significados.
Sin embargo, poder comunicarlo, por este medio, tiene sus ventajas.
Quizás, en la búsqueda del equilibrio entre lo que sucede y lo que importa, es donde podríamos enfocarnos.